jueves, 3 de mayo de 2007

José Acosta: Poemas

(Dali)

José Acosta



Territorios Extraños




Premio Nacional de Poesía
“Salomé Ureña de Henríquez”
1993-1994





Territorios Extraños






A mi madre
que nunca ha amado
la poesía





INTROITO






VISIONES:

(Habrá que encender una vela para mirar el sol)



Yo no hablaré de lo increíble que al tocarnos de repente abre ranuras en nuestra solidez humana. Simplemente me asomo con sigilo a unas aberturas extrañas en el muro que separa mi incredulidad de mi creencia. Observo al otro lado el espacio que compone “lo que no creo”, y comprendo que he aislado la parte esencial de lo que busco: miro el color arrepentido de subir a la rosa; una mujer perdida en alguna parte de su deseo; y el vino que nunca quisimos beber, desatando las palabras de un dios.
Sé que somos una mezcla de mundos y que hemos cerrado siempre la puerta a lo irracional, a lo que no alcanza la altura de lo verosímil, y que, sin embargo, llena de roturas el círculo de la existencia.
Pero al final de las sombras estaremos siempre nosotros, como un monumento a la dualidad de esta forma hundida en los espejos, y aquella, lejanamente cerca, que desconocemos pero al mismo tiempo admitimos.
Y heme aquí, delante de estas aberturas, frente a algo extrañamente cierto; quizás frente a mí mismo, creyéndome.


El autor.








Primera Puerta



Jamás se alcanza el horizonte,
salvo cerrando los ojos



Esta Ventana





Esta ventana está abierta hacia sí misma:
anillo entre dos sombras,
túnel por donde regresan mis ojos
a mi rincón de sangre.
Esta ventana no está abierta a nada,
no hay un chorro de humanidad
hirviendo entre sus párpados,
ni un camino rodando en su distancia
ni el olor a presencia de algún pájaro.
Esta ventana no está abierta a todo,
no tiene un hombre hundido en su estatura
no tiene una lámpara empujando las tinieblas
no tiene un gato dormido en su misterio
ni una voz trepando los espacios.
Esta ventana está abierta hacia su ventana
hacia su solitaria humanidad
en la pared de un algo.
Esta ventana está abierta hacia sí misma
hacia la inocente realidad de su existencia.








Detrás de las teclas quizás un ave





Quizás algo terrible pasó aquel día
que lo olvidamos todo.
Quizás este planeta no es la tierra
que nos prometieron.
Quizás morir sea la única forma
de negarlo todo.
Quizás el mal sea el esquicio real
de lo humano; y el bien, el modo de admitir
que no somos de este mundo.
Quizás nunca lleguemos a encontrar
lo que buscamos. Quizás
no valga la pena el pensamiento.




Transformación





He escrito la palabra profundo
y ha nacido un pozo en mi papel
donde cabe el mundo. Cruzo el
lindero de la palabra y ya profundo
es una mancha donde se pierde la mirada.
Escribo agua y bebo. Sangre y lloro.
Hoy todo lo escrito ha buscado su efigie
su osadía de ser, su forma.
Y he aquí escribo hombre
y surge alguien que me besa.
Escribo Dios y algo se esconde
y mi papel simplemente tiembla.



Nombrar





Nombrar
es ponerle tamaño al infinito.
Digo 2 y lo reduzco a 2
ignorando su universo.
Disminuyo a campana la campana
y olvido que en ella flotan
eternos los sonidos.
Digo Tierra y desaparecen los planetas.
Amor, orquídea, tumba,
y los sepulto en la osamenta de sus nombres.

He aquí el arcano, la razón eterna
de que Dios olvide
la verdadera dimensión del hombre
y lo reduzca a hombre.


Formas del azar





No hubiera sido necesario que naciera
la rosa para creerla. Ni que asomara
su cabeza encendida por algún espacio
del mundo. Aunque no hubiera llegado
nunca, algo, quizás una piedra, tendría
el nombre de rosa para crear el enigma
de su inexistencia. Y estoy seguro
que alguien pintaría su forma metafísica
como algo nuevo, y así poseería
la eternidad misteriosa de las cosas
creadas sin haber nacido.




Este viaje





Este viaje no tiene distancia, sólo vida.
No tiene caminos, sólo huellas;
y sólo se compone de sueños. Este viaje:
terrible el punto de regreso
cuando aún no hemos llegado
y más, el punto de partida, regresando.
Este viaje no es del hombre hacia el mundo
sino del mundo hacia el hombre:
(pozo hecho hacia el cielo,
niño pariendo a su madre) este viaje
tiene la verdadera esencia del Todo,
sin horizontes perece
donde comienza la vida
y nace en el mismo instante de la muerte.
Este viaje no tiene viaje
sólo hombres.



Enciendo un fósforo





Enciendo un fósforo y nace mi mano.
Sobre el fondo una moneda flota o quizá
la redondez luminosa del ojo de un gato.
Hago ascender mi mirada arañando las tinieblas
y se hace libre allá, a lo lejos, en la cima
de todos los quejidos.
Es que estás a mi lado y aún no lo sabía
es que viajan en mí todos los pueblos
y ahora, precisamente, llaman a mi puerta.
Enciendo un fósforo y nace
tu cuerpo tejido con la noche.
Todo está tan cerca a veces, a un frágil dolor
de distancia
pero en verdad tememos horriblemente
saberlo.




Lo que ha entrado a la noche





La noche
y toco las paredes húmedas de un grito.
En su dimensión caben una ciudad desplomándose,
el alado jardín que es la luciérnaga
y la sangre que regresa del abrazo.
Lo que termina en el grito es la piel que recorro
los habitantes del patio, la desnudez horrenda
de una mosca, y el pájaro que en este instante
dentro de sí mismo vuela.
Exploro campanas, cristales quebrán-
dose, raíces creciendo. Rescato
pared a pared la memoria del llanto
el final del silencio el origen el dolor quizás
de lo que realmente muere.



Buscaremos la puerta





Buscaremos la puerta por donde
entró la oscuridad.
El espacio interior de los dedos lleno
de mágicas llaves que abren las figuras.
Tal vez sea esto una habitación
o el mundo,
una abertura en qué creer,
frutas de luz, el temor del jardín
frente a la noche.
Una puerta, un grifo derramando
la oscuridad a chorros.





Segunda Puerta


Quizás esta lluvia no baje del cielo
sino de la memoria.






Y de repente

(Aún hay un árbol en mi niñez
que siempre quise trepar)


Y de repente encontrar en mi memoria
el misterio de una puerta
que una vez no quise abrir.
Trasponerla y descubrir del otro lado
el otro destino que nunca tomé.
Verme, entonces, bajo la lluvia
de una ciudad desconocida
ignorando el amor de este perro
que silencioso sigue tras de mí.
Y sentir en mi inconsciente que esta calle
me conoce, y que, tras otra puerta que ahora
me detiene frente a sí, pueden estar
los objetos amados de otra casa mía
o el espanto de hallar de nuevo
la realidad del lugar donde siempre
he permanecido.


Naufragio





Con un abrazo
se le rompe la superficie
al hombre que se ahoga.



Somos reales sólo





Somos reales sólo en el pensamiento de un gusano
con alas de papel y patas horribles.
¿Cuándo empezamos a existir en su cerebro
y a qué hora la creación nos hizo de vanos
materiales cerca del humo y la piedad?
El ojo del gusano de abre en el vacío y busca
algo firme donde apoyar nuestra forma.
Rueda entonces un rostro sobre un muro
también imaginado. Cae la razón de la
sonrisa y luego la sonrisa. Cae
la razón de la mirada y luego la mirada;
y ciegos sólo podemos ver la mano del amor
los espejismos rotos del amos, y a lo lejos
un alado gusano que siempre confundimos
con una mariposa.



Posada





Posada, la mariposa duerme
su porción de siglo.
Se extravía en su materia
en el orificio que es.
De pronto, un intento brusco de regreso
de salir de ella hacia este día;
torpes revoloteos en la nada
sólo sus alas están en el presente.



La tortuga





La tortuga es un reloj diminuto
en las arenas. Morir para que sea el tiempo.
Ella crece bajo un huevo marrón
y una esfera cuadrada. Para que sea
el tiempo respira y se abandona
en el ciclo de las piedras y las patas.
La tortuga, si muere, sostiene el infinito
sobre su espalda eterna.



Debajo del vino





Debajo del vino, la pequeña tortuga
que soporta el infinito nos hace creer
en el amor. Ella, en vez de piedra
es un agujero celeste donde una lámpara
inunda de olores luminosos las paredes
profundas. Si tocamos sus bordes
el precipicio se torna de cristal
y el recipiente, del que hemos bebido,
penetra más allá de los ojos
derramándose en alguna grieta
de nuestro dolor. Creer en el amor
y en nuestras manos que apenas nos sujetan
a un pedazo del tiempo.




La manzana





La manzana es atravesada por un sueño enorme
mana sangre de su materia imaginada
luz de su origen flotante, y mana
toda ella de sí misma.
Jugoso reino. Aposento roja y partida
donde beben ríos sus otras dimensiones de estar
y de existir.
La flecha en el vuelo no existe
olvidada la mano ella aún no es
a un instante de una manzana rota.
Entrar y morir en la perpetua posición
del cuchillo. Un pedazo rueda al fondo
del cerebro y crea al otro.
La manzana Es entonces
y huele a eternidad.



El fuego





El fuego sólo pudo derramarse
hasta el final de una fruta.
No pudo derribar el muro que nos
separa de las madres
ni apagar la luz de su torrente.
Vino de atrás, de donde Dios
nos teme.



El ave existe en una jaula de plumas





El ave existe en una jaula de plumas.
En el fondo de su muerte, allá abajo
vuela haciéndose cierta en lo irreal.
También tú si mueres dejas algo real
en lo irreal. En algún lugar de tu vacío
donde solo el pensamiento te creó, existes.
A lo largo de tu muerte hay ranuras
horribles por donde la vida pasa
como una luz presentida.
Si crees en el ave, tú serás el ave
y al nacer en otro horizonte del dolor
querrás volar también
dentro de tu jaula de plumas.



La noche cuelga de la luna





La noche cuelga de la luna y la
tormenta arrastra vestigios de miedo
hasta tu puerta.
La casa es un niño mojado.
Abres la sábana como un viejo portón
y entras a ese espacio
donde siempre crees que vas
sin saber que regresas;
donde sales, entrando;
donde no sientes la lluvia
mientras llueve.

3 comentarios:

Jhovanny Marte Rosario dijo...

Hola, José, en primer lugar, te doy las gracias por haber incluido en tu maravillosa pagina literaria, la que ya de por si es un paso mas que se da para que lo añejo y lo nuevo se abracen solidariamente. La nación lo precisa, José.

Me gusta la idea de la página. Es un buen proyecto. Aunque este tu proyecto literario ya me da la idea de algo de mayo envergadura: un foro literario para enviar y comentar cuentos y poesías básicamente. Está la idea, sólo hay que materializarla. ¿Qué crees?

He leído con gran entusiasmo el grueso de tu poética que compartes con nosotros en tu blog. Grosso modo, son una ambrosía para un reducido grupo del más refinado gusto de la palabra. He hecho comentarios a tus versos libres. Leer más abajo.

Territorios Extraños
Este es un tema sugerente que invita a, más que leer, reflexionar en cuanto al contendido de tu poética. Muy bueno. Huele a rebeldía y a misticismo.


A mi madre
que nunca ha amado
la poesía

Jajajajaja, esta parte luce tan tierna y humorística. Pero ¿sabes qué, José? Es una ironía realista lo que acabas de exteriorizar. Es decir, ¿Por qué tu madre no ha gustado de leer poesía si la misma educa el alma, si la poesía es filtro para el corazón? Pero lo de tu madre no deberíamos encuadrar en un caso aislado, sino más bien, que con la actitud repelente de tu madre a la poesía, tú, el poeta, está denunciando no a tu madre en sí, sino a toda una masa de individuos que se mueren por lo romántico, pero que le huyen a la fuente del romanticismo. Es decir que en una reunión de mujeres es fácil escucharlas decir que le gusta que el hombre sea romántico y detallista, pero que constantemente tachan de débil y cursi al hombre que regala flores. ¡Madre ironía!

Ni para ti ni para mi es un secreto que el género poesía es rechazada por muchas razones, una de ellas es que el poeta escribe para él solo porque sólo el poeta entiende lo que plasma en una cuartilla. ¿Palabras abstrusas o mentes obtusas? ¿O es que sencillamente el poeta es algo más que un simple terrícola que ve más allá de lo vidente y lo convierte en vocablos confusos, subjetivos? Lo cierto es que debe existir un puente entre el escritor de poesía y el lector (que en su gran mayoría es lento en el proceso de asimilación de figuras e imágenes). Un puente que no conduzca a la arrabalización del arte, pero que le permita al lector consumir el producto poético sin forzar la mente, sino más bien que lo ayude a comprender el concepto de lo expresado. La poesía, José ha ido en decadencia no tan sólo porque el mundo se robótica y con él los sentimientos, sino porque el responsable de escribir poesía escribe egoístamente para su entendiendo y satisfacción personal –catarsis-. He aquí en donde entra el gusto de tu madre, que es el gusto de la gran mayoría y la gran mayoría es la masa y la masa no es artista, ni procura el arte por el arte, sino que está expuesta a consumir el arte o ser tildado de vegetal con patas. Esto más lejos de ahí…

Entonces, la propuesta literaria sería el sincretismo poético. La simbiosis poética. La combinación de lo poético. En palabras más llanas: escribir para todos sin fusilar la magia de la palabra. Sin caer en lo trivial… todo forjador de poesía debería (condicional) debería tener en su antología algo para cada público. De este modo se preserva el arte y se preserva el interés por la poesía. Si no es así, entonces cabria la duda de ¿o es que la poesía está muriendo porque la sensibilidad de la humanidad está muriendo o es que los poetas se están insensibilizando con los de abajo por falta de empatía artística para con los de abajo? ¿O eres tú el que muere o soy yo el que te mato? En cada poesía encontraras un comentario.


INTROITO

VISIONES:

(Habrá que encender una vela para mirar el sol) (Este pensamiento es muy ingenioso)

Yo no hablaré de lo increíble que al tocarnos de repente abre ranuras en nuestra solidez humana. Simplemente me asomo con sigilo a unas aberturas extrañas en el muro que separa mi incredulidad de mi creencia. Observo al otro lado el espacio que compone “lo que no creo”, y comprendo que he aislado la parte esencial de lo que busco: miro el color arrepentido de subir a la rosa; una mujer perdida en alguna parte de su deseo; y el vino que nunca quisimos beber, desatando las palabras de un dios.
Sé que somos una mezcla de mundos y que hemos cerrado siempre la puerta a lo irracional, a lo que no alcanza la altura de lo verosímil, y que, sin embargo, llena de roturas el círculo de la existencia.
Pero al final de las sombras estaremos siempre nosotros, como un monumento a la dualidad de esta forma hundida en los espejos, y aquella, lejanamente cerca, que desconocemos pero al mismo tiempo admitimos.
Y heme aquí, delante de estas aberturas, frente a algo extrañamente cierto; quizás frente a mí mismo, creyéndome.

(Muy buen introito. Salpicado de existencialismo)


El autor.











Primera Puerta

Jamás se alcanza el horizonte,
salvo cerrando los ojos

(El placer de la imaginación)

Esta Ventana

Esta ventana está abierta hacia sí misma:
anillo entre dos sombras,
túnel por donde regresan mis ojos
a mi rincón de sangre.
Esta ventana no está abierta a nada,
no hay un chorro de humanidad
hirviendo entre sus párpados,
ni un camino rodando en su distancia
ni el olor a presencia de algún pájaro.
Esta ventana no está abierta a todo,
no tiene un hombre hundido en su estatura
no tiene una lámpara empujando las tinieblas
no tiene un gato dormido en su misterio
ni una voz trepando los espacios.
Esta ventana está abierta hacia su ventana
hacia su solitaria humanidad
en la pared de un algo.
Esta ventana está abierta hacia sí misma
hacia la inocente realidad de su existencia.

(Nada se salva de lo abstruso. El existencialismo nos absorbe la vida de los sueños como inclemente tierra movediza)


Detrás de las teclas quizás un ave

Quizás algo terrible pasó aquel día
que lo olvidamos todo.
Quizás este planeta no es la tierra
que nos prometieron.
Quizás morir sea la única forma
de negarlo todo.
Quizás el mal sea el esquicio real
de lo humano; y el bien, el modo de admitir
que no somos de este mundo.
Quizás nunca lleguemos a encontrar
lo que buscamos. Quizás
no valga la pena el pensamiento.

(Ateismo débil, escepticismo. Un soplo de raciocinio que se ahoga en un mar de dudas gamadas)




Transformación


He escrito la palabra profundo
y ha nacido un pozo en mi papel
donde cabe el mundo. Cruzo el
lindero de la palabra y ya profundo
es una mancha donde se pierde la mirada.
Escribo agua y bebo. Sangre y lloro.
Hoy todo lo escrito ha buscado su efigie
su osadía de ser, su forma.
Y he aquí escribo hombre
y surge alguien que me besa.
Escribo Dios y algo se esconde
y mi papel simplemente tiembla.

(El poder de la palabra que crea efectos sicológicos en el hombre. Chispa de incredulidad razonada)



Nombrar


Nombrar
es ponerle tamaño al infinito.
Digo 2 y lo reduzco a 2
ignorando su universo.
Disminuyo a campana la campana
y olvido que en ella flotan
eternos los sonidos.
Digo Tierra y desaparecen los planetas.
Amor, orquídea, tumba,
y los sepulto en la osamenta de sus nombres.

He aquí el arcano, la razón eterna
de que Dios olvide
la verdadera dimensión del hombre
y lo reduzca a hombre.

(Atacar la irracionalidad de la deidad, o quizás su frialdad para con su creación. Misticismo rebelde)


Formas del azar


No hubiera sido necesario que naciera
la rosa para creerla. Ni que asomara
su cabeza encendida por algún espacio
del mundo. Aunque no hubiera llegado
nunca, algo, quizás una piedra, tendría
el nombre de rosa para crear el enigma
de su inexistencia. Y estoy seguro
que alguien pintaría su forma metafísica
como algo nuevo, y así poseería
la eternidad misteriosa de las cosas
creadas sin haber nacido.

(Lo que veo no es lo que creo, sólo es una ilusión óptica. Una refracción absurda ingenua de la realidad esquiva)


Este viaje


Este viaje no tiene distancia, sólo vida.
No tiene caminos, sólo huellas;
y sólo se compone de sueños. Este viaje:
terrible el punto de regreso
cuando aún no hemos llegado
y más, el punto de partida, regresando.
Este viaje no es del hombre hacia el mundo
sino del mundo hacia el hombre:
(pozo hecho hacia el cielo,
niño pariendo a su madre) este viaje
tiene la verdadera esencia del Todo,
sin horizontes perece
donde comienza la vida
y nace en el mismo instante de la muerte.
Este viaje no tiene viaje
sólo hombres.

(Una nueva versión de desdoblamiento astral truncado en avinagrados deseos de ser perpetuado.)

Enciendo un fósforo


Enciendo un fósforo y nace mi mano.
Sobre el fondo una moneda flota o quizá
la redondez luminosa del ojo de un gato.
Hago ascender mi mirada arañando las tinieblas
y se hace libre allá, a lo lejos, en la cima
de todos los quejidos.
Es que estás a mi lado y aún no lo sabía
es que viajan en mí todos los pueblos
y ahora, precisamente, llaman a mi puerta.
Enciendo un fósforo y nace
tu cuerpo tejido con la noche.
Todo está tan cerca a veces, a un frágil dolor
de distancia
pero en verdad tememos horriblemente
saberlo.

(No es que habitamos en demasiada tinieblas, es que tapamos las luces con los cuerpos de nuestro vacío existencial)

Lo que ha entrado a la noche



La noche
y toco las paredes húmedas de un grito.
En su dimensión caben una ciudad desplomándose,
el alado jardín que es la luciérnaga
y la sangre que regresa del abrazo.
Lo que termina en el grito es la piel que recorro
los habitantes del patio, la desnudez horrenda
de una mosca, y el pájaro que en este instante
dentro de sí mismo vuela.
Exploro campanas, cristales quebrán-
dose, raíces creciendo. Rescato
pared a pared la memoria del llanto
el final del silencio el origen el dolor quizás
de lo que realmente muere.

(Esta parte me hizo evocar algunos fragmentos de la novela de Sastre “La Náusea.” Muy original)


Buscaremos la puerta


Buscaremos la puerta por donde
entró la oscuridad.
El espacio interior de los dedos lleno
de mágicas llaves que abren las figuras.
Tal vez sea esto una habitación
o el mundo,
una abertura en qué creer,
frutas de luz, el temor del jardín
frente a la noche.
Una puerta, un grifo derramando
la oscuridad a chorros

(Llaves para la reencarnación. Llaves para pasar de este mundo a otro que no será distinto a este, sino igual con rostros distintos. Las llaves siempre las hemos tenidos, es que hemos cerrado las puertas con nosotros adentros y hemos dejado las llaves afuera. Lejos.)






Segunda Puerta


Quizás esta lluvia no baje del cielo
sino de la memoria.



Y de repente

(Aún hay un árbol en mi niñez
que siempre quise trepar)


Y de repente encontrar en mi memoria
el misterio de una puerta
que una vez no quise abrir.
Trasponerla y descubrir del otro lado
el otro destino que nunca tomé.
Verme, entonces, bajo la lluvia
de una ciudad desconocida
ignorando el amor de este perro
que silencioso sigue tras de mí.
Y sentir en mi inconsciente que esta calle
me conoce, y que, tras otra puerta que ahora
me detiene frente a sí, pueden estar
los objetos amados de otra casa mía
o el espanto de hallar de nuevo
la realidad del lugar donde siempre
he permanecido.

(Yo, quien se cierra y se abre la puerta de mi propio derrotero. Marioneta de mis emociones incontrolables. La puerta se achica cuando la mente lo hace)


Naufragio

Con un abrazo
se le rompe la superficie
al hombre que se ahoga.

(Superficie acuática. Superficie artera)



Somos reales sólo


Somos reales sólo en el pensamiento de un gusano
con alas de papel y patas horribles.
¿Cuándo empezamos a existir en su cerebro
y a qué hora la creación nos hizo de vanos
materiales cerca del humo y la piedad?
El ojo del gusano de abre en el vacío y busca
algo firme donde apoyar nuestra forma.
Rueda entonces un rostro sobre un muro
también imaginado. Cae la razón de la
sonrisa y luego la sonrisa. Cae
la razón de la mirada y luego la mirada;
y ciegos sólo podemos ver la mano del amor
los espejismos rotos del amos, y a lo lejos
un alado gusano que siempre confundimos
con una mariposa.

(Bocanada de existencialismo con un imperfecto aderezo de panteísmo)



Posada


Posada, la mariposa duerme
su porción de siglo.
Se extravía en su materia
en el orificio que es.
De pronto, un intento brusco de regreso
de salir de ella hacia este día;
torpes revoloteos en la nada
sólo sus alas están en el presente.

(Tumbos en mi propio existir inmerso en la nada de un todo que todavía no llego a comprender)


La tortuga



La tortuga es un reloj diminuto
en las arenas. Morir para que sea el tiempo.
Ella crece bajo un huevo marrón
y una esfera cuadrada. Para que sea
el tiempo respira y se abandona
en el ciclo de las piedras y las patas.
La tortuga, si muere, sostiene el infinito
sobre su espalda eterna.

(Así es, pero más difícil de ver. Tortuga patas arriba. Pero no porque se ha caído la tortuga, sino porque caminamos con la cabeza para abajo. Y lo que es de noche es día y lo que es de día se convierte en noche. Y lo largo lo sentimos efímero porque no acabamos de enderezar el cuerpo del alma para empezar a disfrutar la vida haciendo disfrutar a los demás. )


Debajo del vino


Debajo del vino, la pequeña tortuga
que soporta el infinito nos hace creer
en el amor. Ella, en vez de piedra
es un agujero celeste donde una lámpara
inunda de olores luminosos las paredes
profundas. Si tocamos sus bordes
el precipicio se torna de cristal
y el recipiente, del que hemos bebido,
penetra más allá de los ojos
derramándose en alguna grieta
de nuestro dolor. Creer en el amor
y en nuestras manos que apenas nos sujetan
a un pedazo del tiempo.

(Lo deseable se arrastra por el polvo de lo quebrado como la coraza de un caracol vacío)


La manzana


La manzana es atravesada por un sueño enorme
mana sangre de su materia imaginada
luz de su origen flotante, y mana
toda ella de sí misma.
Jugoso reino. Aposento roja y partida
donde beben ríos sus otras dimensiones de estar
y de existir.
La flecha en el vuelo no existe
olvidada la mano ella aún no es
a un instante de una manzana rota.
Entrar y morir en la perpetua posición
del cuchillo. Un pedazo rueda al fondo
del cerebro y crea al otro.
La manzana Es entonces
y huele a eternidad.

(Sabor a pecado cuyos ensueños aterciopelados nos hunde en libido egocéntrica y algo peor)



El fuego


El fuego sólo pudo derramarse
hasta el final de una fruta.
No pudo derribar el muro que nos
separa de las madres
ni apagar la luz de su torrente.
Vino de atrás, de donde Dios
nos teme.

(El fuego de lo incógnito)


El ave existe en una jaula de plumas


El ave existe en una jaula de plumas.
En el fondo de su muerte, allá abajo
vuela haciéndose cierta en lo irreal.
También tú si mueres dejas algo real
en lo irreal. En algún lugar de tu vacío
donde solo el pensamiento te creó, existes.
A lo largo de tu muerte hay ranuras
horribles por donde la vida pasa
como una luz presentida.
Si crees en el ave, tú serás el ave
y al nacer en otro horizonte del dolor
querrás volar también
dentro de tu jaula de plumas.

(El cuerpo es la cárcel del espíritu. La abulia mental de la existencia misma)



La noche cuelga de la luna


La noche cuelga de la luna y la
tormenta arrastra vestigios de miedo
hasta tu puerta.
La casa es un niño mojado.
Abres la sábana como un viejo portón
y entras a ese espacio
donde siempre crees que vas
sin saber que regresas;
donde sales, entrando;
donde no sientes la lluvia
mientras llueve.

(Así entramos a la esta vida sin saber que ya somos y que seguiremos siendo hasta que el universo se acabe)

ramon dijo...

hola josé acosta, gusto en saber de tí después de la compañia en granada.he visitado tu pagina. buena. gracias por enviarme esta.
conozco a rené rodriguez. me ha enviado cosas. buena persona. buen escritor y amigo.

Marcos A. Cabrera dijo...

Hola José;

No quiero ser un intruso ya que hacen exactamente ocho meses que no se publica un comentario en esta página. Aunque soy de antaño soy nuevo en la red cibernética y he encontrado mucho placer leyendo las obras de muchos de mis compatriotas. Gracias por dejarnos conocer de tu arte por esta vía. Yo soy un amante de la poesía y he tenido algunas buenas experiencias en este campo. En noviembre del 2005 fui premiado por Poetry.Com y la International Library of Poetry por mis trabajos con poesía en inglés, aunque el guueso de mis poesías es en español. Me gustan también los comentarios que hiciera tu amigo, Jhovanny Marte Rosario. El está bien correcto en lo que dice y de una u otra manera hay que levantar el arte de la poesía. Vi en su comentario algo como un "Foro Literario", esto es algo que se esta llevando a cabo en Estados Unidos y atrae a mucha gente, inclusive muchos principiantes que no tienen ninguna otras avenidas para dar a conocer cualquier obra que hayan creado, las cuales muchas veces se quedan en el olvido.

Ha sido un placer y si te es posible espero en alguna ocasión recibir algún mensaje de tu parte.