sábado, 9 de agosto de 2008

Escritor invitado: Ramón Núñez




Ramón A. Núñez Jiménez nació en Moca República Dominicana y reside en los Estados Unidos desde el año 1992. Obtuvo el titulo de Dr. en Derecho en la Universidad Central del Este (UCE, 87). Cursa una maestría en lingüística en La Universidad Pedro Henríquez Ureña. Actualmente es subdirector del Comisionado Dominicano de Cultura desde el 2004, co-coordinador de la tertulia-taller "Nosotros Contamos", y profesor de la escuela Minerva Mirabal. Fue Director Ejecutivo de la ll Feria del Libro Dominicano en New York. Un poema suyo fue seleccionado como semifinalista en el concurso internacional Centro poético radicado en España. Algunos de sus trabajos han sido publicados en el Boletín Puente y en algunos medios de comunicación.


Intersticio
Yo no quepo en la madrugada
En el exilio de sus entrañas
en la sombra que ocupa
en la pluma amortiguada
en la punta de la danza que ameniza.
Yo no quepo entre los sonidos del asilo.


Cavilaciones

Me comentó Saint Simmons
que las vírgenes cavilaban en las gotas de la lluvia
en sentimientos que desnudaban un retoño.
Retraté las alas de un río recorriendo las montañas para llegar a una iglesia
donde la planicie se cubría de colores
y las almas se deslizaban en burbujas que salían de reductos huecos.
Una sombra pálida se acercó
buscando la simpatía de mí cuerpo
que dormía estacionado en las urgencias un pasado.
Gemido

Anoche olías a rosa
al jardín multicolor de las ventanas
a la novia de las azucenas
que cantaban sonriente encendiendo sus pétalos
abrigando sus capullos.
Anoche sentí la alegría de las orquídeas
la lejanía de los príncipes negros
que amargamente destilaban sombras por sus ropajes
el perfume sutil de tu rostro
bañado en tinieblas
abrazando la ternura de las flores.
Acomodaste las manos sobre mi cuerpo
dejándome sumido en los pétalos que descargaban en mí
tu gemido parturiente.
Odisea

Somos pavimentos arañados
caminos embotados por el tiempo
azul eterno
regadera de un son
de luciérnagas translúcidas que vagan en el espacio sideral.
Una añoranza fatigada, sudorosa nos comprime
nos guía al desorden que magnetiza lo diurno.
Obcecación

Me ha llegado la desesperación
siento que el aliento se bloquea en mis pulmones
que el corazón se eriza
parafrasea oraciones asimétricas
se burla del amanecer de cada día
fustigándome
buscando la llave para poder salir de este encierro
late sin prisa
preconiza los pasos
vuelve y late
me vuelve en fantasías
en razonamientos impuros
para luego asustarme
dejarme en velo
y elogiar la carpa fría
para dejar de la…

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